Hola a todos.

Hola a todos, creo que hace mucho no hacía un blog simplemente para detenerme a decirles algo, de hecho lo único que hago es publicar fanfics en este lugar. Muchas gracias a todas las personas que se han suscrito últimamente, me alegra mucho de que mis fics les interesaran lo suficiente como para hacerlo. También muchas gracias a quienes se toman el tiempo de dejar reviews y los que no 'The fuck dudes?' okno, muchas gracias a todos por leerlos.

Tengo una pregunta para ustedes. ¿Cuál es el fic que más les gusta? (Tanto series como one shots)

Tengo una idea en mente pero no se si desarrollarla, mientras tanto tengo tres seriales en progreso: Love letter, Erase una vez en otra realidad y Plain white life.

¿Cuál les gustaría que continuara primero?

Les dejo algo del baúl de recuerdo, este fic es del 2007 más o menos así que obvíen lo malo ¿Ok?

Ally.  

***

La noche cernía yerma sobre la silenciosa montaña más alejada de la capital, ninguno de sus moradores permanecía en pie, la sangre teñía de bermellón el suelo bajo los rostros desfigurados por la muerte, Jaejoong deseaba llorar, pero cualquier ruido en ese silente lugar delataría su presencia.

           

A los lejos aquellos burdos hombres en trajes harapientos terminaban de saciar sus ansias con las jóvenes de la aldea, sin misericordia y sin contemplar edad,  podía sentir los gritos ahogados de su hermana mientras aquel que poco antes acabase con la vida de su abuela le tomaba. Jaejoong deseaba llorar, pero la sangre sobre sus ropajes impedía que expresase nada, oculto, debía permanecer oculto.

La risa algo trastocada de aquel extraño, el único entre ellos que parecía frágil calaba en sus huesos, mucho más que el agua helada de aquella cascada tras la que se encontraba oculto, la sangre circulaba lento por sus dedos entumecidos, sus piernas delgadas de tan solo 14 años ya no podían sostenerle, trató de no moverse.

            Changmin, un alma torturada por las circunstancias, con sed de venganza por lo vivido, con la visión distorsionada de que el mundo le debía algo contempló su acto, los viejos muertos, las mujeres quebrantadas, los niños con ojos blancos por la enajenación. El deleite, ah el divino deleite de verles sufrir.

Jaejoong trató de no resbalar de verdad que lo intentó, pero sus piernitas menudas no pudieron con el frío y pronto se vio a si mismo cubierto por el agua tratando de respirar.

-¿Y que tenemos aquí? ¿Un polizonte?

Changmin no tuvo jamás compasión por alguien. Aquella carita de muñeca rota que le miraba desde el río, aquel cuerpito menudo que temblaba de miedo, esas manitas ávidas de abrazar algo cercano, a su madre, a su padre, lo que fuese que tuviera en el mundo; Esa actitud tan infantil para alguien de tan avanzada edad.

‘Una carita de muñeca’. Changmin deseo inmediatamente romperla y le tomó con rudeza alejándole del lugar. El miedo agolpaba los sentidos de Jaejoong mientras los ruidos exiguos de sus hermanas, amigas, tías y madres a la vez se perdían en la lejanía. La sonora catarata junto a la aldea se volvió solo un murmullo, el rostro tranquilo de aquel hermoso y delicado hombre tirando de su mano con brusquedad no podía dejarle tranquilo.

Solo una mirada, le arrojó al suelo y comenzó a tironear sus ropajes. Jaejoong tenía miedo, jamás nadie había invadido de tal modo su espacio personal. Changmin terminó de sacar su ropa y le miró intensamente, aquella arma desenvainada rápido y clavada en su brazo con saña.

-Mereces morir muñeca, mereces que mancille tu cuerpo y sepas de verdad lo que es vivir en este mundo, pero tu rostro es demasiado hermoso, necesitarás seguirme en venganza y algún día me encontrarás… solo así podré verte de nuevo y entonces muñeca, entonces comprenderás.

            Saboreó sus labios temblorosos, envainó de vuelta y caminó tranquilo hacia los gritos distantes. Jaejoong jamás sintió tanto miedo y rencor en su vida, imaginó la sangre de Changmin correr a causa de su propia mano y pudo sonreír con la visión. Entre los gritos el frío y el miedo, pudo sonreír con la idea de hacer sufrir a alguien más.

Changmin tenía razón, le buscaría nuevamente y entonces ya no sería un niño, ya no tendría la carita de muñeca y destrozaría su carne dejándola para los animales del bosque, para que estos se deleitasen cortando de a poco aquel cuerpo pecador y sin escrúpulos.

Algún día… a lo lejos la cascada continuaba sonando, pero Jaejoong tan solo podía escuchar su propia risa espasmódica y el nacimiento de un segundo Changmin, un segundo ser de la nada.