Y qué tal si

Título: Y qué tal si.

Autor(a): Ally.

Fandom: DBSK, TVXQ, Tohoshinki como quieran llamarle (Ahora al igual JYJ, soy una Cassiopeia fan de los 5).

Pareja: ¿Jaejoong/Changmin?

Género: AU, Angst.

Advertencia: Final algo abierto.

Rating: G.

Nota: “Sus ojos fríos gritan ‘Te has demorado más, mucho más’ y el miedo le inunda, porque lleva días si hacer esto, lleva días sin que duela y no quiere que duela más.”

 

Compañero de este fic: Tic-toc POV de Changmin. 

“Wishin' away all the hours and days by crackin' the wall in a hundred odd ways
Please take me home I said I'll behave
We can be there in less than a week
And it's more than easy to say I'm a clown
Sit there and laugh then just stand there and frown
Baby doll is draggin' me down“

The Fratellis – To much talk in Tokyo.

Y qué tal si.

       La primera vez que escucha sobre el reloj y el porqué es importante, los grandes e infantiles ojos de Jaejoong abren en sorpresa, maravilla y reverencia, casi como si acabasen de crear una segunda navidad en honor a él. Toma el reloj entre sus manos con una enorme sonrisa y piensa, cosas absurdas e ilusorias, pero importantes para su infantil mente: ¿Quién será esa persona? ¿Será hermosa, fina, de cabello largo como las princesas de los cuentos que lee su abuela? Solo tiene cinco años y aunque su madre le diga que aún no puede guardar él mismo su reloj, el mundo es amplio, su corazón palpita y pronto podrá estar al lado de alguien que sin lugar a dudas será perfecto.

‘Perfecto’

        

      Para cuando cumple 21 años, ya no cree en el destino, ni las princesas, ni la perfección. Un lánguido suspiro escapa a sus labios mientras trata sin éxito de mantener algo de calor en sus manos, tiritando por algo más que el frío de la tarde. No cuando su vida se ha reducido a esto, no cuando ese ser amado jamás llegó y si llegó, no tiene nada de perfecto, no cuando es ‘Él’, “Hijo de puta…” Piensa, porque no es capaz de decirlo en voz alta, porque aunque no se ve cerca, aún podría estar. Su entrecejo permanece fruncido mientras repasa el conteo de personas con auriculares que ha visto caminar frente a si, sus labios ansiando un cigarrillo que no puede consumir ‘Por él’ y la certeza, de que hoy será un día particularmente peor a los demás. Su reloj, tan solo tiene un par de horas para terminar.

               

-Ahí estás.

Es la voz que le saca de su letargo luego de quizás cuanto tiempo y de pronto el mundo deja de girar. Su cuerpo tensa en un espasmo que le recorre de pies a cabeza, rígido por el miedo. Los ojos oscuros del otro muchacho le contemplan fríos y de pronto Jaejoong es consciente del daño que eventualmente le podría provocar, Junsu le ha dicho que no es buena idea permanecer con él, que no es su alma gemela, que alguien que tan solo vive para golpearle no puede ser lo ideal. Pero Jaejoong recuerda las calles, recuerda tener que rogar por un poco de comida, recuerda tener que hacer algo más que tan solo ‘rogar’ por un poco de comida y el miedo le inunda manteniéndole cautivo con ataduras mucho más fuertes que las materiales. No es lo ideal, pero le brinda un techo, ropa, algo de pan.

-Te dije que me esperaras con las cosas listas.

-Lo siento, lo siento.

-Apura en traerlas, si no lo haces en menos de diez minutos- Se detiene, deleitándose en el respingo que da el otro. –Verás que tal te va hoy en la noche.

       Jaejoong apura el paso, ‘Comida, comida’, palabras en su mente confusa y no sabe bien si está huyendo tan solo para retornar.

-Oh y JJ- Le detiene su interlocutor. –Ya van cuatro, solo te quedan seis.

               

          Si tan solo tuviese un lugar al cual escapar. El reloj, guardado con afecto en el bolsillo de su delgada chaqueta, comienza a tambalear.

            No sabe bien como sucede, un segundo está terminando de coger la bolsa con papas y al otro lo ve a ‘Él’, contemplando con un toque de malicia el reloj en su muñeca tan solo para alzar la vista y encontrarle entre el resto del lugar, sus ojos fríos gritan ‘Te has demorado más, mucho más’ y el miedo le inunda, porque lleva días si hacer esto, lleva días sin que duela y no quiere que duela más. El otro muchacho simplemente está en su camino y de golpe, va a dar contra este, esparciendo su bolsa por todos lados, cayendo al suelo y contemplando con horror su reloj que ha resbalado de su bolsillo. Se está deteniendo y Jaejoong no está listo, Jaejoong no quiere estar listo jamás. Tirita tratando de no hacer contacto con este, musita un rápido: ‘Lo siento’ y camina fuera del lugar.

**

         Aquella noche, entre gemidos de dolor y algo más. Por causa de su demora, por causa de las papas, por causa de ser Jaejoong, que es suficiente causa para el otro. Se pregunta ‘Y qué tal si…’, pero tiene miedo a siquiera contemplar tal cosa. Porque una vez se atrevió a soñar y la calle es todo menos un sueño, es todo menos el idílico cuento de hadas que siempre creyó tendría al final.

Permanece dos días completos en cama, solo levantándose para beber algo e ir al baño, ‘él’ no está, ha salido en un viaje de negocios y tiene diez llamadas perdidas de Junsu, cinco de Yunho y una de Yoochun, cosa que le hace notar el susto que debe haber dado a todo el mundo.

-Quizás deberías huir.

Se pregunta al tercer día, levantándose con lentitud porque su cuerpo completo duele pero ya no puede perder más de clases, necesita ir a la universidad.

-Quizás deberías huir.

Se repite, implantando la idea como una semilla que trata de nacer entre la incertidumbre, mientras camina por los pasillos, un ojo en tinta que seguramente le traerá preguntas que ya no podrá desviar con un ‘Me caí’ ‘Choqué contra un muro’ ‘Me golpee con el sartén’, porque es demasiado a menudo, demasiado estúpido y simplemente demasiado irreal. Va tarde, trata de cojear aumentando velocidad, pero al doblar una esquina, choca medio/medio con alguien a quien jamás creyó volver a ver. El cuerpo larguirucho de su alma gemela tirado en el suelo, con ojos casi asesinos y clara señal de no estar feliz de verle.

-Lo siento- Musita.

         Y se levanta rápido corriendo fuera del lugar.

**

       Le toma un par de horas, volver al apartamento que comparte con ‘él’ y destruir con meditada apatía un par de cosas que sabe le dolerán, solo porque si, solo porque ya no quiere más y es precio justo por su libertad. Dejar una carta para todos los que alguna vez fueron importantes en su vida, caminar y caminar y caminar. 

-Quizás deberías huir.

Se repite y sabe que no hay lugar al que pueda escapar solo, no si no desaparece del todo. Su cuerpo menudo tambalea sobre el barandal. Su reloj quema en uno de sus bolsillos y el tic-toc es cada vez menos fuerte, cada vez más irregular. Jaejoong no sabe bien que sucede contigo cuando tu alma gemela ya no está más, nunca lo pregunto en sus infantiles fantasías de finales felices y solo espera que el otro muchacho larguirucho de ojos dispares no le pueda siquiera extrañar. O quizás, solo quizás quiere totalmente lo contrario a eso… Se da cuenta de que lo ama ¿Por qué lo ama? Y comienza a llorar.

-Lo siento- Musita y puede sentir una respiración contraer tras de sí. Jaejoong sabe quién es, siempre ha sido él y siempre será él.

-¿El qué?- Pregunta ojos dispares y siente ganas de sonreír ante lo absurdo de la situación ¿Cómo es que no sabe el por qué? ¿Acaso no es suficiente con que Jaejoong venga y aparezca de la nada para arruinar todo?

-Que tengas sin opción que aceptarme en tu vida- Afirma, pensando en que hará si el otro muchacho decide que si, en efecto, es demasiado problema con lo cual lidiar. Pero este permanece en silencio por un largo minuto y luego tan solo un suspiro escapada de sus labios ‘Resignación’.

-Baja de allí, repentinamente necesito un buen té.

      Un buen té, o más bien uno helado salido de una máquina expendedora a metros de allí, lleva a una conversación que llena en cortos monosílabos y la suficiente información como para que el otro sepa que está roto, irremediablemente roto y que no hay vuelta atrás. Su rostro ya hinchado por los golpes, empeorando de a poco por el llanto. El frío haciendo mella de su escasa ropa y el miedo abarcando todo con lentitud, termina apoyado contra el hombro del otro mientras sus ojos comienzan de a poco a cerrar.

-Lo siento- Musita por última vez antes de caer rendido en un sueño inconforme, con la certeza de que algo tibio se posa en sus hombros, pero demasiado cansado como para saber exactamente qué, en su mente un ‘Y qué tal si…’ que creyó haber olvidado mucho pero mucho tiempo atrás.

Fin.

**

PD: Se comenzó a escribir solo, nunca tuve contemplado hacer el punto de vista de Jaejoong y el por qué llegó a la situación en que estaba. Quedó penca pero ¿Qué se le va a hacer? Estoy bastante oxidada (Aunque antes igual no escribiese bien).