Such a thing as love, Cap 2.

Autor: Ally.

Fandom: TVXQ.

Pairing: Jaemin (Changmin/Jaejoong).

Tema: AU, romance.

Nota: "Y aquella voz se pierde en su memoria y no sabe si es el eco de la habitación o un recuerdo de algo que nunca sucedió."

Disclaimer: Esto no tiene relación de mando alguna con SM Entertainment y C-JES Entertainment, los chicos no me pertenecen y ciertamente no lucro con ellos como Lee Soo Man.

Ecos en la habitación.

Siete años habían pasado y aún era capaz de oler aquel aroma a hierbas y azucenas que expelía la calle aledaña al terminal. El pueblo lucía desolado y tétrico, como si sus inmutables caminos cubiertos de polvo hubiesen sido suspendidos en el tiempo.

Shim Changmin era ahora un recién graduado estudiante de medicina, su cuerpo lánguido había crecido su buen par de centímetros y por mucho que sus mejores amigos en Seúl hayan insistido no tenía derecho a estar allí, ahora se encontraba caminando con lentitud desde su automóvil nuevo hasta el dintel de aquella puerta, esa que una vez fue su refugio y decidió dejar pasar por miedo al rechazo.

Ha logrado muchas cosas que nunca siquiera soñó realizar, y a pesar de todo jamás renegó de una decisión que aunque fuese cruel le había enseñado lo que es el mundo. Ahora estaba de vuelta, frente al hogar que un día renegó y tiembla como un niño pequeño que espera un regaño, con la trémula idea de lo que pudo ser su futuro junto al otro chico y la firme convicción de que aquel sentimiento simplemente no podía ser olvidado con facilidad.


“Después de todo estoy de vuelta”


Su mano trepida frente al timbre sin desear tocarle, siente mucho miedo acerca de que le espera tras el portal ¿Jaejoong aún le recuerda? ¿Todavía es la persona más importante de su vida? ¿Tiene en verdad derecho de estar aquí? Sinceramente no lo cree así, pero se acostumbra a la idea contraria y desafiando toda la lógica que ha aprendido en este tiempo termina frente al lugar, parado como un perro con la cola entre las patas, aunque en definitiva no se siente un perdedor.

Antes de que pueda alcanzar la perilla esa condenada puerta se abre y un hombre de cabello oscuro emerge tras ella mirándole confuso.


“¿Quién es este? ¿Definitivamente Jaejoong me ha olvidado? ¡No es tan lindo como para estar con él!”


Se siente un niño pequeño alegando tonteras, pero la ira y los celos comienzan a recorrerle.


-Mmm ¿Hola?


Y es entonces que sujeto extraño número uno intenta hacer contacto y el joven doctor crispa un tanto dando un paso atrás, ante el súbito sonido de aquella voz profunda y conciliadora.


-¿Quién es Chunnie?

-No sabría decirte…



Antes de que pueda aclarar su identidad un segundo hombre se une a la comitiva “Bienvenido a la que pudo ser tu casa hijo de puta” y por la cabeza de Changmin pasa rápidamente la idea de que ahora Jaejoong mantiene un prostíbulo en el lugar… ¡Un prostíbulo masculino!



-Mmm ¿Sigues allí?

-Oh… mmm si, disculpen soy Shim Changmin y me preguntaba si se encontrará Jaejoong.



Ambos hombres cambian rápidamente su semblante hacia uno un tanto más nostálgico y el menor siente su cuerpo temblar ante algo de lo cual no está totalmente seguro.


-Hace cuatro años le conocí, pero él ya no está aquí.

-¿Cómo que no está?

-Mira chico, si lo deseas puedes pasar a conversar y te contaré todo lo que sé.



Aquello era algo peculiar ¿Este hombre le invitaba a su hogar sin saber nada de él?



-¿No es poco prudente el invitar a un desconocido a tu hogar?

-Primero que nada este no es solo mi hogar y segundo… si eres el Changmin que creo, entonces no eres un completo desconocido.



Cinco horas después el joven doctor siente su cuerpo resonar en una onda distinta, los espasmos recorren su columna vertebral y de pronto aquel pueblito en medio de la nada se ha vuelto mucho más solitario y hostil que de costumbre. Sus ojos enrojecidos tratan de evitar las lágrimas sin éxito y la poca gente que encuentra en su camino al auto le mira recordando vagamente su rostro. Culpa, dolor, arrepentimiento y alguno que otro desafiando su andar.


“Le conocí hace cuatro años”

Había comenzado aquel que se identificó como Yoochun, mientras ¿Junsu era su nombre? Depositaba el té recién servido en la mesita y tomaba asiento a su lado.

“Tomando unas copas en un bar de la ciudad contigua, por ese tiempo ambos estábamos tristes y algo solos… supongo que por ello nos identificamos bien y pronto nos hicimos amigos, era una persona atenta y amable, eso sí, con un enorme defecto… hablaba todo el puto día de un tal Changmin”


Aquello había animado un poco su ser, aunque quizás fuese efecto del té que tomaba.


“Durante dos años seguimos en contacto, él trabajaba en un florería de la ciudad y ohh ciertamente ese lugar era popular con las chicas, una lástima que Jae no quisiera precisamente a una como pareja… siempre Changmin aquí, Changmin allá, Changmin no tiene pechos, Changminnie tiene otra cosita y es lindo y alto y… Jaejoong mismo parecía una chica ¿Cómo si yo no supiera las bondades de estar con un hombre? ¿Lo puedes creer?”

-Changminnie… hyung.

Su pecho duele tanto que desea gritar con fuerzas y repasa mentalmente como de verdad puede morir a causa de esa angustia.



“Un par de meses después quedé sin casa, mis padres me echaron en cuanto les comenté de mi relación con Junsu y ciertamente no tenía donde caer muerto, Junsu vivía con su familia aún y aunque su hermano sabía que yo era su pareja, sus padres lo ignoraban. Jaejoong llegó a mí como la santa virgen maría de los gay… fue entonces que me vine a vivir aquí, con él, compartiendo gastos del hogar por cierto. ‘Prefiero estar acompañado por un gay desgraciado y sin gusto para todo menos Junsie que solo, y no me puedo ir… porque sé que un día Minnie volverá’ así me invitó, supongo que el nunca olvidar se volvería su mayor problema.”



El pueblo grita su nombre con cada brisa que atraviesa sus desérticas calles, las luces rurales comienzan a titilar y Changmin sonríe como un niño perdido mientras sus ojos enfilan hacia aquel camino solitario de unos diez minutos rumbo a la ciudad.


“Te digo… si no estuviese tan enamorado de Junsu hasta abría pensado en una relación con él, era demasiado bueno para ser verdad”

“¡Chunnie!”

“Tranquilo… ya sabes que te tengo solo a ti… como decía… fue un día viernes, lo recuerdo muy bien… porque Junsu se lució ese día en la cama”

“¡Chunnie te lo estoy advirtiendo!”

“Ok, ok… Jaejoong había insistido en que nos quedásemos con la casa para nosotros por la noche pues era nuestro primer aniversario. Tenía una mala espina… insistimos que no fuera… pero supongo que podrás recordar lo testarudo que es” Changmin había querido asentir ¿Cómo no recordar a su hyung? O mejor aún ¿Cuándo no recordar a su Joongie? “Fue a una fiesta en la taberna del pueblo, ‘No vayas hyung… tengo un mal presentimiento’ pero aún así no me hizo caso, creo que esa fue la última vez que le vi sonreír…”


Changmin tiembla conforme se baja y camina hacia aquel edificio, el automóvil reluce con los últimos rayos de la tarde y recuerda que en este tiempo anochece demasiado temprano.


-Hyung.


Se pregunta si todo esto es una especie de maquinación del destino y si Jaejoong en algún punto de su vida hizo algo para merecer un final así. Todas aquellas tonteras que se preguntan los amantes al sentir culpa y abatimiento.




“Esa noche… el grupo de Soo hyun también fue a la fiesta en la taberna, supongo que sabrás nunca han aceptado del todo nuestras tendencias sexuales… este pueblo de mierda siempre ha sido igual”

Changmin había temblado ante el recuerdo de aquel pirujo de poca monta que solía atormentar sus días de colegio, Yoochun cada vez alzaba un poco más la voz y Junsu aferraba con fuerza su mano ante ello.

“Todos estaban muy tomados, Jae mismo estaba algo mal… solo así me justifico el que terminase de este modo… las cosas pasaron demasiado rápido, tanto que ni yo mismo las entiendo ahora… a las tres y media de la mañana sonó el teléfono, Jae estaba en el hospital, le habían golpeado tanto que su rostro quedó con cicatrices por mucho tiempo, fue inhumano.”


¿Su Jae? ¿Aquel ser exquisito que poco hacía contra el mundo? ¿El mismo que aceptó en silencio su no-despedida y esperó por él tantos años? Recuerda las cosas y parece querer llorar nuevamente, llorar por todos los años en que no lo hizo y todo el sufrimiento que cargó sobre solo una persona.



“Los chicos del pueblo lo odiaban… sus novias pasaban más tiempo en la florería de la ciudad que con ellos, ¡Sus novias iban a la ciudad solo a verlo! El doctor nos dijo que probablemente había abusado de él pero que se negaba a hablar, sus labios jamás han vuelto a relatar lo sucedido… en realidad nunca más lo hicieron.”

“Donde…” la voz de Changmin no quería salir con propiedad, sentía que estaba errado. Culpa, dolor ¿Qué tal si hubiese estado con él? ¿Habría pasado esto? ¿Sería otro el cuento? “Donde… está”

“En el asilo mental del pueblo contiguo, no porque lo necesite… aunque el doctor siempre quiso hacerle terapia por su mutismo, sino porque simplemente no puede estar acá, se internó por cuenta propia, yo sigo aquí porque él siempre dijo ‘Cuida de mi hogar Chunnie…cuídalo y espera a Changmin por mi si sucede algo’ y aquí estoy y válgame, aquí estás tú por fin…”

Después de ello todo fue una carrera rápida hacia la ciudad.



Changmin está ahora acostumbrado a los grandes edificios blancos, con olor a pino y baldosas relucientes, es por ello que aquel lugar le parece de todo, menos el indicado para que resida Jaejoong, pequeño, sucio, acogedor pero demasiado frío. Las auto-nombradas enfermeras, de las cuales Changmin duda tengan el título, mirándole como si se hubiese abierto la temporada de caza.


-¿Se encuentra Kim Jaejoong?


Y casi puede encontrar diversión en sus rostros decepcionados y algo reticentes ante la pregunta, casi, pues la idea de ver por fin a Jae retuerce sus entrañas y acelera su pulso.


-¿Y se podría saber quién es usted?

-No, no se podría, porque eso a usted no le compete mucho si el paciente está inscrito por cuenta propia… ¿No cree?, además esa información solo debo dársela a la persona encargada, no a quienquiera pase frente a mí con batita de enfermera.


Una vez que obtiene el lugar camina más rápido de lo normal, con cierta adrenalina recorriendo sus venas y adelantando personas.


Hace siete años que no le ha visto… y la imagen de Jaejoong vistiendo un pijama y acurrucado contra el mullido sillón estampado en flores, mientras una vieja película de amor avanza en la pantalla es simplemente sublime y al tiempo inhumanamente triste. Su cabello negro, sus ojos silentes y un cuerpo mucho más escuálido a como solía recordar le traen la idea de un adolescente más que de un adulto joven, el mismo que dejó atrás una vez en el andén, el mismo al cual no dijo adiós.


-Joongie.


El susurro rellena el espacio y aquellos ojos cubiertos de tanto y nada al tiempo devuelven su llamado, enormes, abiertos de par en par y con un miedo tan profundo que Changmin comienza a llorar por cuenta propia ante la visión, el mayor busca la frazada del suelo y se cubre con ella buscando refugio.


-Joongie… volví, Joongie.



Envuelve sus brazos alrededor del talle y Jaejoong se acurruca aún más contra el sillón luchando al principio contra aquello que le encierra y luego permaneciendo inerte entre ellos mientras tirita y solloza por cuenta propia, sin dejar escapar una sola palabra, sin decir ‘Bienvenido’ como Minnie soñó durante mucho tiempo.


-Minnie-ah.


Y aquella voz se pierde en su memoria y Changmin, mientras estrecha aún más a su hyung contra sí, no sabe si es el eco de la habitación o un recuerdo de algo que nunca sucedió.



Fin, Capítulo 2.

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