miércoles, 7 de marzo de 2012

Such a thing as love, Cap 3.

Autor: Ally.

Fandom: TVXQ.

Pairing: Jaemin (Changmin/Jaejoong)

Tema: AU, romance.

Nota: "Y no sabe bien si son sus ansias de progreso o su mente comenzando a sufrir las consecuencias del silencio.

Disclaimer: Esto no tiene relación de mando alguna con SM Entertainment o C-JES Entertainment, los chicos no me pertenecen y ciertamente no lucro con ellos como Lee Soo Man.




 Silencio frente al televisor.





Las noches se han vuelto silenciosas incluso con el ruido de la ciudad retumbando a su alrededor y ya no puede decidir con coherencia si debería esperar o dar pie atrás, dicen que lo último que queda es la esperanza, perdura entre los vivos que te ven ir y anhelan tu regreso como un pequeño parásito, alimentando sus ansias, germinando desconsuelo, toda su vida Jaejoong se había mantenido fiel a tal pensamiento, sin saber otro modo de lidiar con el abandono y negación.

Ahora es una causa perdida, no sabe si desea continuar teniendo tan fútil sensación o rendirse al silencio que impera en el ambiente.

Ha pasado más de un año, las paredes lucen un tanto más opacas a cuando recién llegó, el sillón parece haber adoptado ya su forma tan bien que en sus ratos de pensamientos libres y coherentes, cabila con franqueza si ya es tiempo de abandonar ese lugar, antes de que no pueda dar marcha atrás con ello.

Las enfermeras le miran desde lejos, siempre de lejos con aquel extraño sentimiento de pena que no puede soportar.


-¿Quién es él?

-Kim Jaejoong… el pobrecito está mudo.

-Oh pobre criatura, tan hermoso que es.


Ha visto ojos oscuros y claros, de madre, de amor y codicia, ojos que realmente sienten tristeza al verle, ojos que dejan relucir el despecho de no sentir sus miradas devueltas, a él ya no le importa, no se considera a sí mismo un ser vivo. Su garganta duele cuando un sonido trata de escapar y por ello el propio mutismo se ha vuelto una enfermedad congénita, el pensar en el sonido de su voz retumbando en las paredes del lugar sin aquel ser que desea realmente le escuche es tal y como una plaga molesta de la cual debe librarse.

Conforme pasa el tiempo Jaejoong imagina un futuro en que las cosas parecen estar bien, a Yoochun y Junsu felices sin nadie que les discrimine, sus padres con algún mínimo de orgullo por él… Changmin ingresando en aquel lugar, con el rostro sonriente y sus ojos ligeramente curvados en distinto tamaño mientras abraza su cuerpo como la primera vez, con aquel olor a fresas y cremas que permanentemente había en casa del clan Shim impregnando su piel.

“Hueles tan bien…”

En sus momentos de lucidez absoluta, cuando no mira con ojos perdidos las imágenes en la pantalla ni rehúye los orbes inquisitivos de algún doctor, se da cuenta de su soledad y desea soñar más y más para olvidarlo. Las imágenes avanzan mudas frente a sí y cavila que solo un milagro podría traer al muchacho de vuelta, el miedo llena sus poros y no desea sentir contacto alguno, no otra vez… Porque se da cuenta, que a pesar de todo sigue esperando por él.

Es precisamente un momento de aquellos, el que Changmin elige para entrar en el lugar, con su traje impecablemente planchado, su cabello corto… muy corto y cierto matiz violeta que no logra precisar.


“Changmin…”


El mundo interno de Jaejoong es un caos, uno en que su imaginación ha perdido el control y súbitamente su garganta desea gritar y gritar más y más fuerte, en que las paredes comienzan a estrecharse y solo puede ver sombras esquivas acercándose para hacerle daño, su cuerpo pierde el control y sabe que siempre ha sido demasiado ingenuo, demasiado.


“¿Qué hice mal? ¿Fue acaso por tener esperanzas?”


Son dos brazos rodeándole aquellos que parecen buscar brindarle un poco de realidad a sus ojos velados y ya no desea sentirla, no quiere… de verdad no quiere, por ello mismo lucha contra ella tratando de alejar aquel calor, el suave ritmo que le embarga, aquello que simplemente había olvidado y no esperaba recuperar.


- Joongie… volví, Joongie.


“Estoy aquí…”

Solo puede llorar.

***



Los días transitan muy lento cuando ya no tienes algo que anhelar y cavila que tampoco es que lo hagan rápido del otro modo, una sombra viene y va, aquel ser que por algún motivo reconoce pero sus labios no son capaces de pronunciar deambula en la habitación, arreglando pequeños detalles, acomodando un par de revistas, mirándole de reojo de vez en cuando con dolor en lo profundo de aquel gesto.

Jaejoong se siente lúcido o al menos un poco más que antes, la pequeña televisión silente ha cambiado por un plasma y las extrañas enfermeras por una “Nana” de acento chistoso y extensos ojos de mujer extranjera, la casa es amplia y ciertamente da la idea de que el dinero también lo cual le hace preguntarse que tanto ha cambiado Changmin en estos siete años. Miles de colores explotan en diminutos pixeles y de pronto la telenovela no es tan divertida como antes.

Desde su llegada, las únicas palabras que han escapado con claridad de sus labios son “Por qué” lo cual a oídos de Changmin, a pesar de la tristeza que le produzca, sigue siendo un progreso.

Ya no hay silencio, nunca lo hay, si no es ‘Catalina’ saltando de un lado a otro mientras desordena más de lo que ordena y pone aquel extraño Rock en otro idioma. Es un sinfín de amigos del dueño de casa intentando terapias, tratando de hacerle encajar… “¿Cómo estás Jaejoong?” “¿Qué opinas de esto Jaejoong-sshi?” “¿Cierto que Cata está buena Jae?”… Jaejoong no ha dicho más que ‘Por qué’, diría mucho más, pero Changmin aún no contesta eso y la verdad los amigos de este le tienen sin cuidado... Todos menos uno y es precisamente ese el que le molesta.

Desde hace un par de semanas viene un tal ‘Yunho’ a casa, muy alto y con ojos serios y amables, Yunho le incomoda, a ratos más de lo que soporta, siente como si sus preguntas desplegaran aquel pequeño rincón de su mente en el cual se ha refugiado, el cual ha sabido proteger por años y que ahora ya no puede resguardarle y no lo quiere así porque la realidad apesta y su garganta duele con tan solo un simple porqué, ¿Qué tanto más podría doler con todo un arsenal de vida extraviada y sueños rotos?

Yoochun y Junsu no le miran, Jaejoong está convencido de que ahora no le soportan… él mismo siente nauseas al notar que hay algo en ellos que avanzó y le dejo atrás. Cuando vienen y se sientan frente a si a narrar millones de cosas que él no ha vivido y su rostro permanece impávido mientras toman otro sorbo de té, porque sus lenguas se han secado a causa de la conversación unilateral. Cuando entrelazan sus manos y se miran como si no hubiera un presente o mañana, solo ellos dos, solo su pequeño mundo inventado de risas, sueños, amor, anhelos y todo aquello en que Jaejoong mismo una vez creyó hace más de siete años, Jaejoong jamás ha tenido un mal pensamiento para ellos, pero ahora puede figurar medianamente lo que es sentir celos y codicia.


-Jaejoong-ah… Deberías por lo menos intentarlo.

-De todos modos, sabes que tu casa aún está con nosotros y puedes venir cuando lo desees.


Rabia, odio ¿Por qué Changmin le tiene en este lugar? ¿Por qué esas personas tratan de hacer que hable? ¿Por qué aquel tal Yunho parece ser su loquero de cabecera? ¿Por qué Yoochun y Junsu no se olvidan de él y son felices de una vez por todas?

“¿Qué puedes lograr?” Sus labios no se abren, sus brazos no corresponden un toque y Changmin no esperará por siempre lo sabe bien, después de todo hace siete años no lo hizo ¿Por qué lo haría ahora? Está atrapado entre la lucidez y las sombras, huyendo a un mundo de sueños que a ratos parece feliz y a ratos no, escapando de aquello que esperará eternamente.


-Jaejoong, por favor… dime algo… lo que sea Jaejoong.

“¿Por qué?”


Ya no desea que sus palabras resuenen o viajen eternamente a un destino indefinido, sus manos caen al suelo y quizás, solo quizás, pida un minuto más, solo un minuto más de lucidez.

Al otro lado de la habitación Changmin ve sus labios moverse con lentitud, algo torpes, algo secos.


-¿Por qué Changmin-ah?


Y el doctor no sabe bien si son sus ansias de progreso o su mente comenzando a sufrir las consecuencias del silencio.



Fin, capítulo 3.



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2 comentarios:

  1. "Su garganta duele cuando un sonido trata de escapar y por ello el propio mutismo se ha vuelto una enfermedad congénita, el pensar en el sonido de su voz retumbando en las paredes del lugar sin aquel ser que desea realmente le escuche es tal y como una plaga molesta de la cual debe librarse." No sé por qué, pero me sentí tan putamente identificada con esa parte. No tienes una idea.

    "En sus momentos de lucidez absoluta, cuando no mira con ojos perdidos las imágenes en la pantalla ni rehúye los orbes inquisitivos de algún doctor, se da cuenta de su soledad y desea soñar más y más para olvidarlo." Casi siempre que leo un fic tuyo, ecuentro un pedazo de mi vida escrito, un pedazo de mis sentimientos y quizá sea por eso, que realmente me encanta leerte... es como si me viese reflejada en pequeños fragmentos de palabras...


    Pobre Jaejoong... me da tanta tristeza verlo así =(!! Chagmin realmente no entiende que es lo que Jaejoong necesita =(

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    1. Generalmente es mi propia vida en pequeños atisbos en cada uno de mis escritos... tal como ese fragmento. ¿Quizás solo estamos... rotas?

      Muchas gracias por seguir leyendo esto, muchas pero muchas gracias.

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